Y entonces me descubrí corriendo hacia
la nada, ningún objetivo. Iba ciega, y ni por casualidad atinaba a despertarme.
Ya sedada por el tiempo, casi sin pasión. Me volqué a la rutina, y a nacer los
lunes, crecer en la semana, vivir solo los sábados, y morir los domingos. Un
ciclo corto, que dura semanas, el objetivo es llegar al sábado para poder vivir
y tener una chance más de cambiar la rutina de la semana...
Cada vez sabemos más de nosotros, y en
mi caso quiero parar de saber del entorno. Saber me cierra a muchas cosas, a
prejuzgar y no dejar entrar a nadie. Porque las infinidades de situaciones me
acobardaron. Paso al costado de mi mente para esquivar pensamientos que tengo
bajo 7 llaves, pero como si fuera un cuento, o una película, esos pensamientos
aparecen en el momento donde la mente juega libremente. En mis sueños.
Ahí todo fluye a modo de felicidad,
plenitud y todas las necesidades básicas satisfechas, y me sorprende que todo
sea tan relativo. Al despertar del mejor sueño de tu vida, se convierte en una
pesadilla. Soñar con alguien que no está, ni siquiera sabes si va a estar, o si
soñara con vos es algo molesto cuando se torna día tras día, y esto ocurre hace
1 semana, Noche tras noche evoco a alguien que se me presenta diciendo que todo
está bien, para luego despertar y quedar abrazando a la nada. Con un vacío
eterno.
Dicen, que los sueños evocan pensamientos del subconsciente. Algo
que anhelamos, o tememos en lo más profundo, Aquello que queremos callar, pero
no se calla. Estalla, y se hace notar.
Quizás los 20 segundos después de
despertar, te encontrás sonriente con un estado pleno. Que en esos efímeros
segundos, nadie te los puede arrebatar. Yo solo anhelo no soñarte más, ¿para qué?
¿Hasta cuándo? Si alguien sabe cómo cerrar un capitulo hasta en los sueños...
Avisen.
1 comentario:
estuve "paseando" un poco por tu blog, escribis cosas preciosas, segui asi♥
besos
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